El aumento de la longevidad supone, a nivel internacional, una demostración del logro de los avances científicos que han permitido una mejora de la calidad de vida. Sin embargo, esta mejora, más allá de la prolongación de la esperanza de vida, no es igual en todas partes. El fenómeno de la longevidad supone un cambio paradigmático en la forma de entender y asumir el envejecimiento que impacta de lleno en las políticas sociales y económicas de todos los países (Ramos-Feijóo, 2022).
Este nuevo modelo de envejecimiento pone de manifiesto la naturaleza heterogénea del colectivo de personas mayores en el que cada vez más las personas se hacen cargo de un papel de participación directa en la vida comunitaria con aportes claramente enriquecedores. Sin embargo, en la literatura revisada se observó un fuerte vínculo entre edadismo, en forma de estereotipos negativos, prejuicios y discriminación hacia las personas mayores, y riesgos para su salud física y mental (Hernández Gómez, Sánchez Sánchez, Fernández Domínguez; 2022), a la hora de establecer, crear y desarrollar nuevos modelos de apoyo y cuidado dirigidos a este colectivo.
Aunque la Organización Mundial de la Salud asegura que 1 de cada 6 personas mayores en el mundo sufre algún tipo de maltrato asociado a su edad, este problema, el del maltrato y las personas mayores, exige una perspectiva más amplia.
Desde las distintas administraciones y entidades de acción social se promueve el buen trato para promocionar el trato adecuado y protección frente al maltrato a las personas mayores, y se apuesta por promover un marco positivo de convivencia con las personas mayores así como prevenir, proteger y apoyar a aquellas que sufren, han sufrido o podrían sufrir cualquier tipo de malos trato.
Una forma de abordar y fomentar el buen trato es mediante actividades en primera persona como el relato «Eu son Elvira», realizado por la Xunta de Galicia en 2015, pero con una temática y contenido vigente.
Os invitamos a leer este relato, el de la mindoniense Elvira, que nace de la reflexión y de una autocrítica sincera y auténtica, imprescindible para mejorar como personas y, sobre todo, para crecer como profesionales de la Gerontología, según nos indican sus autoras. ¡Que disfrutéis de la lectura!
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