Durante más de treinta y cinco años de vida laboral intensa, promoción profesional a lo largo de ese periodo, recuerdo en gran manera los años 1990 a los 2005 marcados especialmente en mi ámbito laboral por fuertes cambios tecnológicos, acompañados de reconversiones laborales en mi sector. Retos importantes en un ambiente mayoritariamente masculino, donde como mujer el esfuerzo era siempre mayor o yo así lo he sentido a lo largo de mi etapa profesional. He intentado durante muchos años compatibilizar ese hacer profesional con mi labor no menor de madre de familia y esposa.
Por fin tuve la dicha de poder prejubilarme, mi vida personal y laboral me lo facilitaba y por fin, destinar mi tiempo a mí misma y junto a mi marido también prejubilado disfrutar de maravillosos viajes que siempre habíamos deseado realizar y bien por nuestras ocupaciones laborales o familiares siempre se posponían para mejor momento. Felices pues, una vida sencilla y de esfuerzo. Como digo periodo pleno que de repente se truncó. La repentina muerte de mi esposo me hizo experimentar lo frágil y cruel que es la vida. Lo compartíamos todo cada uno en su parcela. Te sientes fuerte y de repente todo se rompe en añicos a tu alrededor. Creí volverme loca, ante el brusco desenlace. No dormía, era imposible solo era llanto y pena, así durante muchos meses. Creía que iba a perder la razón. Intentaba distraerme ponía de mi parte todo lo posible. No era capaz de concentrarme en nada, lectura imposible no retenía nada, media página y volver a comenzar, sentía que perdía cada vez más. Mi familia ahí estaba, sentía su ayuda constante.
A través de un pariente fui conocedora del IV CICLO de la Universidad de Santiago de Compostela, me animaron y a ello me puse. Al principio fue muy duro pues por mi situación en pleno duelo era compleja de llevar. Me alegro del esfuerzo. Obligarme a salir siempre que tenía clase, a leer, a trabajar en las materias y poco a poco comprobé como la asistencia a clases, el contacto con profesores y alumnos, gente distinta con la que me relacioné y relaciono y que en muchos casos encontré apoyo y gratitud.
Aquí estoy en el IV CICLO muy contenta, ilusionada por esta vuelta a las clases, dejadas hace tantos años atrás. No solo me aporta la posibilidad de recordar materias, También ha despertado en mí curiosidad por otras nuevas. En fin, estar ocupada en cosas interesantes con gente estupenda y que, en su conjunto, me está permitiendo sobrellevar mi situación.
Todo el esfuerzo personal vivido durante tantos años y junto a mi familia todo lo bueno de la vida vivida que no quiero olvidar nunca, quiero que sea la argamasa para seguir en esta nueva etapa que estoy afrontando.
A mí esto me esta SANANDO y dando fuerza para seguir ¡¡¡¡¡¡VIVIENDO!!!!!!!
Autora: Colaboración alumna de IV Ciclo de la Universidad de Santiago de Compostela
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